viernes, 4 de abril de 2008

COMENZÓ LA PENDIENTE DEL PODER K. POR FEDERICO STORANI

Punto de Vista: Comenzó la pendiente del poder K. Una victoria pírrica
Para Impulso Baires

Es cierto que el corte de calles es una acción directa que degrada la herramienta principal de la actividad política que es la del diálogo, muy cierto es también que resulta difícil concurrir a un diálogo convocado con cierta esquizofrenia por parte del oficialismo, ¿puede el gobierno dialogar sobre cuestiones claves de la economía nacional con aquellos a los que les endilga el mote de golpistas? Resulta curioso. Si realmente se tratara de golpistas el gobierno no debería tener nada que hablar con ellos.
También es cierto que el desabastecimiento y la conflictividad permanente atenta contra la posibilidad de un entendimiento, pero no es menos cierto que el Gobierno nacional no es “el pueblo” como pretende presentarse a cada momento. El gobierno nacional fue elegido transitoriamente para administrar los asuntos del Estado. Y no lo está haciendo bien.
Es mas, el gobierno actúa de manera irresponsable cuando busca profundizar a cada momento divisiones artificiales entre los sectores populares. Los hombres del campo en los cortes de ruta no parecen terratenientes. No todos los camioneros son como Hugo Moyano. Tampoco todos los militantes sociales son como D´Elía. Mucho menos debería creerse que todos los sectores populares son oficialistas. Es maniqueísmo puro.
Desde el otoño de 2003 el kirchnerismo intentó ocupar el espacio político de la centroizquierda pero nunca dejó de hacerlo con los métodos tradicionales del Justicialismo. Por eso no es una casualidad que haya clausurado definitivamente el experimento de la transversalidad para reorganizar el PJ.
Así fue como se empeñó en construir hegemonía y homogeneidad por medio del chantaje permanente. Con superpoderes y sin ley de coparticipación, muchos Gobernadores e Intendentes optaron por desfilar por la Casa Rosada jurando fidelidad para conseguir el favor presidencial.
De ese modo el kirchnerismo logró el pase del ultramenemista gobernador de La Rioja Ángel Maza; también con ese método sedujo a buena parte de los radicales K o le robó cuadros al ARI o al socialismo; otros como Julio Cleto Cobos se bajaron la cotización solos. Del mismo modo reemplazó a las antiguas manzaneras de Chiche por los piqueteros un poco mas pesados del impresentable Luis D`Elía; y también de ese modo gerencia y supervisa la provincia que debería gobernar Daniel Scioli.
La movilización popular siempre es una herramienta maravillosa cuando es sincera y espontánea. Pero una movilización espoleada por el tradicional aparato clientelista del PJ del conurbano no debería entusiasmar tanto al oficialismo. “Más de cien mil personas junto a Cristina” vocean en cada oportunidad los propagandistas de turno. Pocos dirigentes pueden conseguir esa convocatoria, pero el kirchnerismo debería comenzar a preguntarse cuántas veces y ante qué clase de conflicto podrá recurrir a llenar la Plaza. Porque lo que no parecen advertir es que la imagen del matrimonio presidencial y del elenco de gobierno cae día a día en las encuestas.
Hay algunos lugares de los que es muy difícil volver. Para el poder de los K la cuenta regresiva parece haber comenzado.
En este mundo hegemonizado por las comunicaciones casi instantáneas, tan real como la plaza llena es que en un país que cuenta con más de 40 millones de habitantes, cien mil personas representan medio punto de rating televisivo. 100 mil personas es también la convocatoria que tiene un festival de rock. La congregación evangelista de días atrás en el Estadio de River Plate superó holgadamente esa cifra. ¿Cuantos serán los chacareros que esperan desde distintos puntos del País las novedades del conflicto pegados a la radio o a la TV? ¿Habrán sido más o habrán sido menos que lo que lograron las convocatorias oficialistas de los últimos días?.
Nadie duda hoy que si se tratara de puestas en escena o de una guerra por el rating televisivo, los asambleístas rurales nucleados en Gualeguaychú ganaron ampliamente la batalla ante la opinión pública.
Esto es así porque el Gobierno no es lo que dice ser. Lejos está de “aquellas banderas de la patria de la primavera”. Está atado a la política exterior del neoconservadurismo de Bush y luego del default de 2002 ha acatado sistemáticamente al FMI. Tan coherentes han sido con el FMI que cuando se produjo la devaluación en 2002, Néstor y Cristina militaban ortodoxamente por la convertibilidad desde la administración de una provincia que contaba con regalías petroleras millonarias en dólares.
¿Ha producido el gobierno algún cambio importante en el sistema tributario? ¿El superávit del que aun goza el Gobierno Nacional se produce por la redistribución de la riqueza o todavía es mérito del régimen de los “odiados” años 90?.
La secuencia que encadenó la devaluación más el revalúo de nuestras materias primas a partir del año 2002 mas otras medidas como el impuesto al cheque e incluso el crecimiento de la inflación, produjeron el rebote del ciclo negativo y la reactivación. Cabe preguntarse cual será nuestra suerte cuando los vientos cambien si en el mejor momento de éste modelo la redistribución de la riqueza ha sido mínima.
Lo que el gobierno calla es que durante el último año electoral despilfarró los dineros del “fondo anticíclico” ideado por el opositor abandónico, ese es el motivo real por el cual no puede volver atrás con ciertas medidas como las de las retenciones. No existe margen alguno para retrotraer la situación a los primeros días de marzo.
La señora, Lousteau, Moreno y el resto del “equipo K”, necesita dinero porque es imprescindible que el dólar no se “planche”; hoy, cuando los números del Indec no resisten ningún análisis, el gobierno necesita controlar la inflación. Pero solo sabe hacerlo si está sentado sobre reservas interminables. Dicho sea de paso que con ese método domina a Gobernadores e Intendentes díscolos. Por eso se desespera por engordar sus arcas después de haber despilfarrado “el fondo anticíclico” cuando ya no hay más de dónde sacar.
Pero están desorientados. Porque el kirchnerismo encontró en el campo una oposición en la que no ha podido comprar a ningún dirigente. En las últimas horas los dirigentes rurales se vieron obligados a replantearse las formas de la protesta pero nunca se quebraron ni han negociado nada en la trastienda. Los aprietes no funcionaron esta vez y entonces los K lucen desorientados. Parece que no todo tiene precio.
No debería descartarse que en los próximos días el paro agrario regrese con más fuerza y que el gobierno insista en su única estrategia que es la de dividir para reinar, van a intentar otra vez quebrar la protesta rural. Pero cosecharán lo que ha sembrado. El golpe que el Gobierno nacional le asestó al sector agropecuario no será olvidado en el campo.
El oficialismo debería entonces recordar a Pirro. El general y gobernante heleno que venció al ejército romano, pero a costa de numerosas bajas en su propio bando. Al ser felicitado por la victoria, Pirro respondió “¡Otra victoria como ésta y estamos perdidos!”.
Si el gobierno de los K logra otra victoria sobre la “oligarquía” como la que ha logrado de la mano de Lousteau, D´Elía, Moyano y Moreno, deberá comenzar recordar aquellas palabras de Pirro.


(*) Federico Storani, dirigente de la UCR. Ex diputado nacional, ex ministro del Interior

1 comentario:

Francisco Pin dijo...

Comparto casi en su totalidad con tu comentario.
Recomiendo la lectura de un artículo de M. Caparrós en Crítica.
Dejo el link
http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&n

Y, humildemente, yo di mi opinión en mi blog al que también invito.
www.franciscopin.blogspot.com

Saludos.
FP